jueves, 2 de agosto de 2012

RANCID Madrid 31/07/2012

Concierto largamente esperado. La última y única visita de Rancid a nuestro país, a la que también asistí,  se remonta al Festimad de 1996, donde no eran cabeza de cartel y tocaron menos de una hora. Eso sí, el grupo estaba en su mejor momento, después de publicar el ....and out come the wolves y dieron una auténtica lección.

Posteriormente pasaban los años y los discos y la banda nunca recalaba por estas tierras.

Cuando me puse por casualidad hace unos meses a curiosear por su página web y ver que se anunciaba la gira del 20 aniversario, abrí el enlace sin muchas esperanzas, pero para mi sorpresa y regocijo, comprobé que había dos fechas en España y concretamente una en Madrid.


Me fuí a comprar la entrada sin importarme ni el precio ni el lugar donde tocasen. En principio el precio no era precisamente popular para un concierto punk, pero tampoco era un disparate (26€). Imaginaba que tocarían en un recinto muy grande; en el mejor de los casos La Riviera (sinónimo de pésimo sonido). Pero no; tocaban en el Palacio de de Vista Alegre (bajonazo). Pero cuando me fijé en la letra pequeña, descubrí que no era en el propio Palacio, sino en la Sala San Miguel; una sala en el interior del complejo, lo que devolvió mi espectación de nuevo a la estratosfera.


Las puertas se abrían a las 7 de la tarde, pero por cuestiones del trabajo y porque los teloneros no me interesaban demasiado (los barceloneses Secret Army y los jerezanos GAS Drummers, que tuvieron cierta repercusión hace unos años en la escena nacional) decidimos tomarnos unas cervezas antes del concierto y ver un poco el ambiente. Me llamó la atención que en la puerta había una "lechera" de la policía nacional. Quizás porque algún lumbreras identifica punk con violencia. Lo cierto es que la policía (que tampoco eran muchos) permaneció en una esquina sin molestar a nadie, puesto que el comportamiento de la gente (todo hay que decirlo) fué en todo momento ejemplar. A su rollo, pasándolo bien.

Decidimos entrar a las 9 pasando por el puesto de merchandising y alucinando con los precios de camisetas, sudaderas y tal...un atraco a mano armada!.

Al ver la sala mis temores se dispararon. Era un recoveco en la primera planta con pasillo abierto al lateral. Era carne de pésimo sonido, aunque era de dimensiones aceptables para una óptima visualización del concierto.

Pudimos ver a los últimos teloneros; los italianos Klasse Kriminale. El sonido sin ser una maravilla era aceptable (y con Rancid fué bastante bueno; uno de los pocos conciertos donde no salí con pitidos en los oídos y con un volumen correcto). Los teloneros me parecieron bastante mediocres musicalmente. Cumplían varios tópicos de los italianos; unos tipos muy simpáticos con actitud y ganas de agradar, pero un poco de opereta cuando lanzaban sus consignas de EGB. Lo cierto es que con alguno de sus coros pegadizos y tal llegaron a animar al personal (versión del White Riot de los Clash incluida).

Por fin les tocaba a las estrellas de la noche, Rancid. La banda apareció en el escenario con Tim Armstron con la cabeza rapada y barba (me dió un vuelco al corazón porque por unos instantes creí ver a César Strawberry jajajaja).

La apertura fué mítica; Radio seguida de Roots Radicals. Los minis de cerveza volaban por toda la sala y el pogo llegaba desde la primera a la última fila. Comienzo salvaje, concierto épico y sobre el escenario un grupo en gran estado de forma y con el nuevo batería que es una auténtica apisonadora.

Como correspondía a un concierto aniversario los grandes clásicos seguían unos a otros sin descanso, repasando su discografía y sin dar tregua al público que lo daba todo. Red Hot Moon (rapeada por el batería de Klasse Kriminale), Hooligans, Last one to die, I Wanna Riot, Salvation,  Bloodclot, Old Friend, etc... así uno tras otro(los digo de memoria, no en el orden que tocaban, estaba entregado a la catarsis y mi memoria no da para más) sin dar un solo respiro al personal, exceptuando The Wars end que se marcó sólo Lars con la guitarra.

La gente derrengada, la humedad y el calor insoportable. La sala sudaba (literalmente). El público empapado. Corte de la banda, pero todos queríamos más. Aparece Rancid y sigue el concierto... Las fuerzas al límite y suena Time Bomb; nuéva explosión. Acaban el concierto con Ruby Soho donde el público ya da lo último que le queda y acabamos todos muertos pero satisfechos.


El vídeo (no es mío) sirve de testimonio. Ni el sonido ni la imagen son gran cosa, pero da una idea...

Una hora y media larga. Algún genio dirá que Bruce y algún dinosaurio tocan 4 horas y tal. Pero con una intensidad y a un ritmo tan bestial, os aseguro que no.

Sólo espero no tener que esperar otros 16 años para volver a verlos.