Desde que puse la horquilla Salsa, cada vez me gusta más ir
con rígida y dejar aparcada la suspensión. La estética, el volver a los comienzos, la simplicidad; yo que sé...
La Cromoto es una claro ejemplo de BBB (bueno, bonito y
barato), pero ya que me encontraba tan a gusto con una horquilla rígida, decidí
dar un nuevo paso y hacerme con una horquilla de titanio custom.
Por propiedades del material y por estética, creía que era
la mejor opción para seguir completando una bici de capricho como es mi Bloom.
Nuevamente recurrí a mi amigo Josemi (al que tengo
martirizado) y se diseñó una horquilla de corte clásico al estilo p2 de kona
con unas buenas barras para evitar problemas (porque esta horquilla se va a
llevar lo suyo), falta de rigidez, etc…
Medidas de 470 ac,
con lo que la geometría queda prácticamente clavada a la Cromoto dando unos
ángulos con los que estoy bastante a gusto.
El soporte para la pinza de freno es una preciosidad; igual
que el que utiliza Steve Potts en sus Type II.
La realización fue nuevamente en XACD y el resultado,
espectacular. Una horquilla “full” titanio con unos acabados increibles en
soldaduras y tratamiento sandblast para que quedase uniforme con el cuadro. La
horquilla es tan bonita en su forma y material que decidí no poner pegatinas ni
nada similar que rompiese la estética tan potente que tiene por sí misma.
Ahora sólo quedaba instalarla y probarla.
El resultado es buenísimo. No deja de ser una horquilla
rígida, pero el titanio absorbe muy bien las vibraciones con lo que rodar en
pistas no demasiado bacheadas es una gozada y cuando la cosa se pone
complicada, pues a amortiguar con los brazos, a elegir trazada y a poner toda
la carne en el asador (como con cualquier horquilla rígida).
La rigidez es bastante buena con lo que no hay sustos,
extraños y comportamientos raros, lo cual se agradece y con unos neumáticos
acordes y las presiones adecuadas, se puede bajar muy, muy fuerte con total
seguridad.
En definitiva un complemento magnífico para una bici
magnífica. No pienso renunciar a la suspensión pero desde que esta pieza está
conmigo (diciembre), no ha sido todavía desmontada de la bici y de
momento no tengo ganas de quitarla. Esto crea adicción; ¿Será grave doctor?.
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