Tercera Prueba y ecuador del circuito MTB 4 estaciones.
Cinco pruebas increíbles para mí durante este año que pienso completarlo. No es
el "sumum" de la dureza y del mtb extremo, pero todas estas pruebas tienen algo
que las han hecho y harán rutas realmente únicas.
La Clásica de Valdemorillo MÍTICA; un pedazo de la historia del MTB en España.
La Rocosa de Moralzarzal ÉPICA; condiciones extremas que la convirtieron en un verdadero
reto.
La Ruta de los Vinos San Martín de Valdeiglesias La más COMPLETA y “disfrutona” en todos los aspectos (ahora lo explicaré).
La Bike Weekend (antiguo Festibike) Las Rozas. Corro en casa
y este año va a ser algo realmente ESPECIAL.
Seguiré informando…
La Ruta Imperial El Escorial; DURA. Quizás la prueba más exigente por recorrido, perfil, distancia y posibles condiciones
climatológicas de las cinco.
Me centraré en La última hasta el Momento; Ruta de los
Vinos, concretamente la larga, La Ruta del Vino Tinto.
Todo apuntaba a que sería un día grande de mountain bike.
Temperatura excelente, recorrido variado, muy completo y atractivo, terreno en
un estado perfecto salvo algún banco de arena (inevitable en Madrid y un tramo
encharcado y con barro que todavía no se ha secado).
A esto hay que unir la excelente compañía de mi amigo Noel y
un nuevo fichaje (Manolo) que espero que a partir de ahora sea un fijo tanto en
nuestras pruebas como en salidas habituales.
El trío de la muerte con el Castillo de la Coracera al fondo |
El día empezó muy pronto, porque es la más lejana a mi casa
(unos 50 km) y porque como siempre no había dejado nada preparado la noche
anterior.
Me dirijo a San Martín de Valdeiglesias, recojo el dorsal y
me encuentro con Noel y Manolo. Montamos las bicis y enfilamos hacia la salida situado al lado del Castillo
de la Coracera, un monumento bastante bien conservado. Construido en el SXV por
D. Álvaro de Luna, con alguna leyenda curiosa y que actualmente pertenece al
ayuntamiento de San Martín y es Centro de Promoción del Vino de Madrid.
Salida *foto Facebook MTB 4 Estaciones |
La carrera comienza; y si en anteriores ocasiones critiqué
la planificación del recorrido por la masa de participantes que se suelen dar
cita, en esta ocasión ha sido PERFECTA, muy fluida, sin atascos ni parones
(salvo 1 que matizaré).
La ruta como se informa tiene dos partes claramente
diferenciadas. Una primera parte más sencilla y pistera y una segunda más
atractiva y exigente tanto en subidas como bajadas y que como los "buenos vinos" te deja con un increíble
sabor de boca.
Tras la salida nos dirigimos por el pueblo hacia una pista
que desemboca en un sendero que a su vez nos lleva a cruzar la carretera y
afrontar la primera subida seria del día. Esta subida alterna rampas (algunas
duras, pero cortas) con subida más tendida entre pinares y con un terreno sin complicaciones, fundamentalmente pista y algo de pestosillo asfalto. Aquí vamos
bastante cómodos, puesto que nos lo tomamos con tranquilidad y sabiendo que
todavía queda mucho recorrido.
Subida |
Hay un primer avituallamiento líquido que lo pasamos y
pararemos en el km 15 aproximadamente donde tomamos algo de líquido y fruta;
parada corta y continuamos por un terreno todavía sin dificultad en bajada que
desembocará en senderos o (singletracks, como le gusta llamar a Noel) muy
divertido en sube y baja, que castigan pero sin mucha severidad.
Llegamos sobre el km 29 a la primera bajada del día sin
dificultad técnica pero rápida y divertida. Acabamos en la carretera que se dirige
a San Martín y nos encontramos con el único tapón del día en un paso subterráneo
que cruza la carretera. Mucha gente se queja y se pregunta ¿por qué no se cruza la carretera por encima?. Yo contra
lo que escuchaba creo que estaba perfectamente planeado. Es cierto que había un
pequeño tapón, pero iba rápido y no esperamos más de cinco minutos y pasar por
allí con cuentagotas tenía su explicación puesto que posteriormente había un
sendero estrecho con fuertes rampas. Si todos cruzamos en “manada” sobre la
carretera y afrontamos las rampas en masa, los tapones habrían sido mayores y
seguramente hubiese tocado hacer ese tramo a pata, cosa que no hicimos y
realmente se agradece. Creo que la gente no es consciente que somos casi 2000
personas y el tapón es INEVITABLE sí o sí, pero con civismo, comprensión y planificación
ocurre como el pasado día, que son llevaderos y bien resueltos.
Volvemos al pueblo y comenzaremos el segundo bucle tras otra
breve parada a repostar agua y comer alguna fruta. Manolo se queja un poco de
la rodilla, pero no es nada serio y seguimos adelante. La segunda parte
comienza con una subida, sin grandes porcentajes ni distancia. Aquí, debido a
que me encuentro muy fuerte y el perfil se presta procuro hacerla completa en
una sola velocidad. Elijo un desarrollo cómodo que no cambiaré (aproximadamente
un 32x20) hasta llegar a la parte más alta. Pueden pensar que soy un chorra o
voy de sobrado, pero tiene su explicación…
La verdad es que funciona, voy a un ritmo muy bueno y subo
más cómodo de lo que pensaba, sólo me tengo que concentrar en la cadencia y en meter riñones o levantarme cuando la cosa
se pone más difícil. Una vez llegado arriba, nos reagrupamos y dirigimos por
una bajada (me gustó que señalizasen las zonas de descenso para que la gente
tomase conciencia de lo que toca y no se produzcan frenazos repentinos cuando
comienzan las rampas) al siguiente avituallamiento (muchos y bien surtidos)
hace calor y hay que hidratarse; todavía queda ruta y si no te hidratas pueden
aparecer los calambres o en el peor de los casos “el tío del mazo”; la temida
pájara…
Aquí para mi gusto se desarrolla la parte más bonita y
divertida del recorrido; la bajada al pantano de San Juan y posterior subida a
este mismo avituallamiento. Todo por senderos entre pinares; bajadas con algún tramo
técnico donde algún participante sufrió algún percance (recuerdo una herida muy
fea en la rodilla y con mucha sangre de un chaval), caminos rompepiernas y una
ESPECTACULAR subida sólo apta para “pros”
donde subí lo que buenamente me permitieron mis piernas y técnica, pero muy
divertida y donde la gente te animaba hasta que no podías más. Aquí se desarrolló
un ambiente de camaradería, apoyo en el sufrimiento y cierto cachondéo que es
lo que debería ser el espíritu de este tipo de pruebas….¡me encantó ese momento!.
Nuevamente llego al avituallamiento; nos volvemos a reagrupar, hidratación, una
barrita, una foto y a afrontar la última parte.
Avituallamiento |
La cosa empieza con algo inédito; bajadita rica y Noel
marcando el ritmo. He de decir que va con una lefty rígida y no se considera un
bajador nato; pero allí estaba él echándole huevos y a buen ritmo.
La última parte pica ligeramente hacia arriba y allí Noel y
yo nos separamos de Manolo. Empieza a acusar su rodilla y sobre todo el ancla
que lleva como bici. Una Rockrider doble de unos 16 kg. Si el tipo tuviese una
bici más acorde a este tipo de rutas, se pondría en órbita. Creo que tiene
músculos en las piernas que no existen en el cuerpo de un humano.
Estos kilómetros nos los hacemos juntos en un paraje
dominado por los viñedos de la zona y terreno pistero.
Finalmente la organización suprimió casi 6 km; ignoro la
razón, pero esto para mí no empañó un día fantástico.
En meta |
Lerdo |
Llegados a San Martín, había paella, vinito y un ambiente
realmente agradable, pero todos sabemos que las MDR son muy duras, así que nos
despedimos hasta la próxima y nos dirigimos a casa con una sonrisa en la cara y
una satisfacción increíble esperando a la siguiente que será realmente especial…
Titanio |